Reflexiones de una coach

Te cuento que me encanta escribir. Así que aquí llega otro escrito para mi blog. Con ganas de
que lo disfrutes.
Infancia respetada también es “coaching”. ¿Y qué es  coaching? ¿Y por qué Infancia respetada es también coaching?
Porque todos hemos sido niños alguna vez, con esas ganas, con esa alegría, ilusión y curiosidad. Con la tenacidad con la que un niño aprende a caminar, yendo adelante y
levantándose cada vez que se cae, con más fuerza, aprendiendo de lo andado. Una manera maravillosa de afrontar las dificultades de la vida, los retos, los nuevos aprendizajes.
Porque a través del coaching podemos conectar con ese niño interior y darle voz.
Coaching es acompañar a la persona para que logre un objetivo en concreto. El origen de la palabra coach es húngaro y viene de “coche”, de los antiguos carromatos, que transportaban personas de un lugar a otro. Por lo que la persona, a través del coaching, va de la situación actual a la situación deseada.
En educación activa el adulto también acompaña al niño a que consiga un objetivo concreto.
Tanto en acompañamiento de un lado como de otro, en escuela o en coaching, para mi es fundamental el respeto, la humildad y la mirada.
Esa persona que tienes delante es única, maravillosa y con todos los recursos necesarios para conseguir su propósito.
El coach o acompañante (en la escuela) está ahí para acompañar. Para tender la mano, pues quien hace el camino es el alumno; o en el caso del coach el coachee.
Y por eso es que Infancia respetada también es coaching.
Somos gigantes, con  capacidades impresionantes; “mentes recurrentes”, incansables, que se cuestionan, que aprenden, que  evolucionan. Porque la vida es aprendizaje constante.

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